martes, 30 de agosto de 2011

Arcilla Terapia

Entre los principales agentes naturales capaces de producir reacciones vitales, encontramos al Agua, el Sol, el Aire y la Tierra. La Arcilla como elemento terapéutico, aún hoy es desconocida por muchos. Las culturas de antaño conocían bien las propiedades de la Arcilla, de su gran poder purificador, desinflamante, absorbente, calmante, vitalizador y cicatrizante. Estos pueblos que sabían de las bondades de la tierra y del barro, las empleaban como remedio, tanto interno como externo. Sus propiedades curativas residen en extraer del interior y el exterior de nuestro organismo las impurezas que lo perjudican, absorbiendo los agentes patógenos para arrastrarlos tras su eliminación. La pasta formada al mezclar la arcilla y el agua ejerce una acción estimulante general, resultando en efectos descongestivos y antiinflamatorios muy positivos. Son sus sustancias orgánicas fosilizadas, minerales, sales y oligoelementos quienes aportan los nutrientes necesarios para ayudar a nuestro organismo a purificarse y regenerarse.


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